Tuesday, August 09, 2005

Phil Spector, el cadáver y la muralla de sonido

¿Qué podríamos decir actualmente de Phil Spector?. La verdad es que al igual que su música, la vida de este legendario productor encierra misterios que están lejos de ser develados, y que podrían explicar como fue a parar a una fría celda de una cárcel de California. Y lo más importante, que es establecer que pasó la noche en que el cadáver de la actriz Lana Carson, fue encontrado en la mansión del productor ubicada en la Costa Este de Estados Unidos.
El primer magnate adolescente del rock and roll
Pero más que las portadas de los tabloides, es vital para conocer la historia del rock and roll, cual es la importancia de un tipo como Spector, quien tuvo la ocasión de estar con los artistas más grandes de los años 60 e imprimir a sus creaciones su sello particular, caracterizado por la presencia de las voces, vientos y percusión, dentro de una marea sónica que resaltaba en conjunto e individualmente, cada una de las características de los artistas. La disposición de las grabaciones de este insigne productor, son sencillamente grandiosas; un estudio de grabación, el legendario Brill Building, ubicado en los altos de un piso de Manhattan, disponía de cerca de 20 habitaciones, en las cuales Spector instalaba en una, cinco pianos tocando la misma nota, mientras en otro cuarto, cerca de 25 violines hacía de los suyo, más un ejército de vientos y guitarristas ejecutaban exactamente las notas necesitadas para sus composiciones. Este tipo de ejecución -cuyos tiempos eran friamente calculados por Spector- dio origen a The Wall of Sound, la cual abrió infinitas puertas para el rock y el pop en el período 1960-1970, con su barroquismo, sus fraseos simples e indistinguibles, los cuales captaban la atención de la audiencia a partir de esa particular mezcla hermosa y oscura en un espacio sónico de tres minutos.
Spector se introdujo en la música a fines de 1958, como compositor y arreglista de The Teddy Bears, agrupación con la que lanza el sencillo -y en estricto rigor su primera sinfonía adolescente- "To Know Him Is to Love Him" , la cual no obtuvo el éxito esperado.
Sin darse por vencido, Spector parte a la costa este de Estados Unidos, lugar en el cual fundó su casa discográfica "The Phillies". Y a partir de ese momento, vinieron sus primeros aciertos, los singles radiales de The Ronettes, the Crystals y Darlene Love.
A partir del éxito impuesto a través de los temas de estos "girl groups", la influencia de Spector comenzó a sentirse en una gran parte de los actores anglo-estadounidenses del rock and roll de la primera mitad de los años 60s. Para grupos como los Beach Boys -con Brian Wilson a la cabeza- la figura del hombre fuerte de Philies fue el ícono a seguir durante la etapa más exitosa de la vida de la banda de los hermanos Wilson.
Ya con este hecho y hasta la British Invasion, Spector se transforma en uno de los articuladores más grandes del rock and roll de esa época. Al mando de Phillies, Spector tuvo a cargo la producción de discos de artistas tan diversos como The Righteous Brothers, (acuñando en este trabajo, el término de White Soul) y Ike and Tina con "High Mountain, Deep River" (para muchos una de sus mejores interpretaciones).
Spector v/s Mc Cartney... let it be...
Si bien con las producciones anteriores, Spector no obtuvo el éxito que esperaba, éste ya tenía puesto un ojo en el mercado británico donde hacia 1967 -y contrariamente a lo que ocurria en Estados Unidos- el éxito y las ventas si coronaban al músico, lo cual lo convierte un par de años más tarde, en el productor de la última placa de los Beatles, el disco "Let It Be", en el cual su labor no dejó de estar exenta de críticas -principalmente de parte de Paul Mc Cartney, a quien derechamente no le gustó como quedó el disco.
Ya en los 70s, el músico produce las primeras placas de los ex beatles John Lennon y George Harrison, "Imagine" y "All Things We Must Pass", resultando -sobretodo de esta última- una obra digna de la galería de estrellas que participaron en ella, como Eric Clapton, Bob Dylan y Badfinger, quienes bajo las órdenes del productor dieron vida al primero -y uno de los mejores discos de los Fab Four por separado.
The End of The Century...
De esta manera, hacia 1972, Spector se había transformado -aunque no en el sentido clasico de sus producciones de los 60's- en el niño lindo de la industria musical británica, con la cual siguió contribuyendo al lanzar singles de algunos cantantes menores de dicha escena, como Marianne Faithful y otros sin mucho exito comercial.
Mientras tanto en Estados Unidos, los años 70s fueron de un bajo perfil para el creador de The Wall of Sound. Durante esa época, realizó discos para cantantes de la talla de Leonard Cohen, Dion y The Ramones, con quien grabó End of The Century en 1980.
Aburrido de los vaivenes de la industria discográfica, Spector se recluyó en su mansión de Malibú, en la cual siguiendo con el misterio que rodeaba su existencia pocas veces se dejó ver, hasta el escándalo que lo llevó a prisión por la muerte de Lana Carson.

Bush, la Guerra de los Mundos y el enemigo en la tierra

CUANDO H.G. Wells escribió el fantástico libro “La Guerra de los Mundos”, el planeta en el cual se movía el protagonista y que era asolado por los marcianos, "aquellas inteligencias que observan al hombre desde un microscopio", se encontraba regido por los postulados victorianos de la decimonónico Imperio Británico de fines del siglo XIX. La novela es reflejo de esa construcción positivista propia del período que finalmente queda en entredicho por la derrota de los extraterrestres en condiciones que tienen nula relación con la supremacía y poderío de la raza humana como controlador del planeta. Si bien esa idea sigue presente en las dos adaptaciones siguientes de la obra (la genial y controvertida transmisión radial que realizó Orson Welles con el Mercury Theatre en 1938 y la versión cinematográfica de 1953, dirigida por Byron Haskyn), en éstas subyace la idea del miedo ante visiones totalitarias –nazi/fascismo y comunismo respectivamente- que amenazaban al mundo occidental por aquellos años. En ambas versiones la catástrofe se ve más allá de la obra (que en el caso de Welles le costó la vida a más de algún incauto que encendió la radio sin saber de qué se trataba) y se alude al espoleo del miedo colectivo presente en sociedades amenazadas.
En el filme recientemente estrenado de Spielberg, ocurre lo mismo. Más allá de la lectura lineal del viaje de un padre (Tom Cruise) por salvar a sus hijos (Dakota Fannig y Justin Chatwin) de la destrucción alienígena, a lo largo de la travesía van apareciendo una gran cantidad de guiños hacia la postura pro totalitaria del actual gobierno estadounidense. Son imágenes que recuerdan al S-11-2001, historias que reflejan la indefensión del norteamericano medio frente a un poder superior y con turbios propósitos de dominio para con sus territorios y riquezas. Imágenes que cumplen el propósito de instrumentalizar al hombre, como carne fresca, en cuanto a su lugar en el mundo y como mero proveedor de recursos frente a fuerzas que parecen estallar en contra él, como la postura de las grandes compañías trasnacionales frente a individuos de todos los rincones de este planeta. Tal hecho permite que esta nueva versión de “La Guerra de los Mundos” pueda ser considerada uno de los retratos artísticos más importantes de los tiempos vividos en la actualidad.
Junto con eso, cabe destacar el gran mérito visual y el apego de Spielberg al texto de Wells, que permiten digerir un filme en el cual están presentes todos los elementos positivistas de la Inglaterra de fines del siglo XIX en un siglo XXI que en términos globales y económicos sigue pensando de la misma manera, claro que mucho más agresiva y lamentable."